Esta crónica la relaciono directamente, antes de comenzar a leerla, con las noticias que se publicaron del caso hace unos años atrás en diversos medios de comunicación. El cronista aquí le da la voz cantante a una de las partes, a una de las hermanas involucradas en el hecho, Gabriela Vázquez. Gabriela cuenta años después su versión acerca del crimen de su padre, que tuvo como única culpable, según la justicia, a su hermana Silvina, Gabriela por su parte quedo expuesta como víctima, al igual que su padre, pero con la diferencia de que él resultó ser una víctima fatal. Víctima de la saña de una de sus hijas, víctima de un pasado que no pudo evitar y al cuál durante mucho tiempo le dio la espalda, y no tuvo el tiempo necesario para enfrentarlo, dado que antes le llegó la muerte. Gabriela no pudo prever lo que por aquel 27 de marzo, su hermana Silvina estaba por hacer, apuñalar a su padre alegando que éste se hallaba poseído por el demonio. Silvina hoy está condenada por la justicia, y Gabriela está condenada por ella misma (según la sensación que me deja leer su crónica), pelea diariamente una batalla para poder entender ¿cómo pudo desconocer tanto a su propia hermana en aquel momento, y cómo no pudo hacer nada para evitar el desgraciado final de su padre?, pelea también por tratar de construir lo que un día tuvo, y hoy ya no existe: su familia.
Representación del caso en el unitario Mujeres Asesinas
Galeano
Hace 13 años
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