Cuenta la historia de un una pareja que decide irse de viaje. La escena primera describe como la mujer de la historia habla por teléfono con su madre, la cual (muy preocupada), le pregunta constantemente por el estado actual de su marido. Éste último, había vuelto de la guerra y traía consigo violentas actitudes que a la madre de la mujer asustaban mucho, no así a la mujer misma. Los desequilibrios que posee el hombre no parecen notorios cuando se halla en la playa con una niña a la cual le cuenta la historia de los peces banana, “los peces bananas tienen debilidad por las bananas. No es una forma de decir. Las bananas hacen salir a flote toda la debilidad de los peces banana” relata el hombre, y aquí puede (o no) leerse una metáfora el cuanto al hecho de que esa debilidad de la que habla el protagonista desemboque en otra cosa, en otra cuestión, la cual redunda en que dicha debilidad deja entrever otras cosas u otras debilidades.
En el artículo de Sandra Russo (publicado en Página 12), ella refiere al hecho de que el protagonista pudo soportar ir a la guerra (de formar parte de ella) pero no soporta hacer de cuenta que no estuvo allí, y creo que esto es lo que se ve demostrado en el desenlace del cuento. El protagonista acaba repentinamente con su vida.
Russo, además hace una analogía con este cuento de Salinger y los sucesos ocurridos el 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, como para darle una mayor vigencia al cuento y define que “el mundo entero-para los norteamericanos- es un pozo lleno de bananas.”
Las dos historias de este cuento se identifican fácilmente, por un lado tenemos el viaje de esta pareja, y por otro, los acontecimientos relacionados con la guerra que involucran a uno de éstos personajes.
Galeano
Hace 13 años
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