martes, 7 de octubre de 2008

Diario de escritor

Una de las complicaciones que se me ha ido presentando a lo largo del trabajo de campo realizado para la crónica, (como a muchos debe pasarle) es el hecho de saber exactamente (o por lo menos tener una mayor aproximación) qué cosas van en la crónica, y cuáles puedo descartar. Si bien, en la crónica se busca tener una arista diferente (así como lo planteaba la entrevista) acerca del tema, algo así como una visión particular y desconocida del tema en cuestión, el problema que me surge a mí es si esta arista no la haré demasiado comlpeja, con mucha información, en donde quién la lea por momentos se pierda, o no entienda bien cuál es el tema de la crónica, cuál es el problema que se presenta, y de hecho si tiene un final feliz (por así decirlo) esta crónica. Saliendo un poco de la parte en donde se centra el mayor contenido (de información, de la experiencia personal de haberse situado en un lugar y querer contar algo), surge otra cuestión que me está resultando bastante tediosa, y es el hecho de buscarle un buen cierre a la crónica; si bien el cierre debería ser lo último en lo que debería poner mi preocupación, para mi es de las primeras cosas que debo solucionar, y reflexionar acerca de qué tipo de cierre hacer, si dejarlo "abierto" (por así decirlo), si poner una opinión personal, si dar un mensaje del tipo de "pedido de algo" o simplemente dejar que la experiencia me brinde el mejor final posible.

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