El cuento de Leandro parece tener todos aquellos ingredientes que constituyen un buen cuento, con matices románticos, y también tiene ese toque de descripción que hace que quien lee se vaya imaginando a su protagonista como tal, rubia, de vestido y con mocasines, corriendo por el campo. Me gustó mucho releerlo, y me hubiera gustado (y esto a modo de sugerencia) que Leandro alargase un poco más el cuento (no mucho) y que nos contara lo que imaginaba el narrador que pasaba por la cabeza de ella, imaginando posibles encuentros con su amada, posibles finales (por más que no hayan ocurrido realmente, posibles desencuentros ¿por qué no?. Me parece una historia muy bien contada, muy bien articulada, muy bien descripta, sólo me hubiese gustado saber un poco más de lo que el narrador supone que piensa la protagonista.
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