domingo, 21 de diciembre de 2008

Los fin de año nos ponen melancólicos…

Para no abandonar este hermoso ejercicio de escribir en un blog, he decidido continuarlo un tiempito más. Aprovechando que estamos en épocas festivas, épocas en las que los bizcochitos Don Satur son reemplazados por más y más pan dulce a la hora del mate, épocas en las que hay que hacer largas filas hasta para ir a la mercería a comprar un botón para esa camisa que quedó a medio coser, debido a la locura que se le despierta a la gente, ese deseo imparable de colmar todos los negocios habidos y por haber en búsqueda de mejores precios para los regalitos de navidad, estamos en esa adorable para unos, insoportable para otros, época navideña. Poniendo en la balanza lo bueno y lo malo de estos días… lo bueno es que se prepara mucha ensalada de frutas ( y eso es bueno por el calor, y para no deshidratarse); lo malo es que hacen demasiada ensalada para cuatro gatos locos, y va sobrando y sobrando, y los últimos días ya hasta se pone fea, pero bueno no estamos en época de tirar nada. Lo bueno es que la familia trata de estar unida, de pasar un buen rato, lo malo es que de tan unidos y dado a que no hay remises ese día, la familia debe dormir toda en la misma casa si viven lejos, por ende unos duermen en camas, otros en el piso, unos roncan, otros se levantan 6 veces mínimo al baño, los más viejitos a las seis de la mañana ya están levantados tomando mate con los restos de pan dulce de la noche anterior, y uno (vago como siempre) hasta las doce del mediodía que está la comida del 25 no se levanta. Tenemos un receso, un par de días en los que hacemos espacio en el estómago para darle lugar a la comida de fin de año. El fin de año es algo más liberal, ya no se pasa sí o sí con la familia, un puede optar por irse con amigos, o buscarse familias sustitutas, el caso es el mismo. Uno entona desde temprano ya con la sidra, como está con los amigos se hace “el goma”, el que se las sabe todas y empieza a mezclar bebidas, claro así llega a las 23:45 con una mamúa tremenda, poniendo en duda si aguantará hasta las doce para el brindis, y finalmente, no se sabe como pero uno llega. Se produce el brindis, todos se saludan y se abrazan con todos, (el resto del año se llevan a las patadas obvio, pero ese día, no se sabe bien por qué hay un cariño especial, debe ser la época), algunos se van afuera a ver los fuegos artificiales, otros se preparan para rajar en búsqueda de otros amigos y otros festejos. Los dueños de casa, como siempre, no se van de “rotation” sino que se quedan limpiando un poco la casa, para luego disponerse a dormir de corrido el primero de año, pero esto no ocurre, porque al igual que los viejitos de la navidad que a las seis de la mañana, ya sea por el calor, o simplemente porque duermen poco, ya están levantados tomando mate o café. En fin, no todos pasan sus fiestas de esta manera, algunos la pasan peor… pero lo importante es que por más recelo que uno le tenga a la época festiva que se da a finales de diciembre, no debe olvidar su significado, el cual yo no lo sé, pero bueno, tengo tiempo para averiguarlo todavía. A tomar las fiestas con calma, y no como una reflexión de fin de año, sino como un consejo.
¡A cuidarse de las garrapiñadas adulteradas que venden en el tren!

Felicidades.

1 comentario:

el asistente Barriga dijo...

No veo la hora de ver la propaganda de 2009 EN TELEFE con el locutor ese exaltadisimo contandote que van a dar el señor de los anillos 1, 2 y 3.
Brindo por la ensalada de fruta!